Esta cala es una de las imprescindibles que debes visitar si tienes la fortuna de veranear en esta zona de la comarca alicantina.
Apenas 50 metros de rocas en las que bucear a través de las aguas cristalinas y casi desiertas se convierte en algo casi obligatorio. De hecho, es un punto de encuentro de algunos veleros y lanchas que abandonan durante unas horas el puerto y se concentran en la cala de las Minas.
Con una anchura de apenas 5 metros, el resto del espacio natural lo ocupa la Serra Gelada, lo que provoca que los visitantes disfruten de unas vistas maravillosas y guarden un recuerdo espectacular de la cala. Al ser una playa que se encuentra aislada del núcleo urbano, el acceso se debe realizar a pie, aunque cuenta con una zona de aparcamiento bastante amplia a escasos 100 metros de la misma. Y si quieres ir en autobús, el urbano de Alfás del Pí te deja casi en la misma orilla.
No dispone de bandera azul ni de equipo de salvamento, pero sí de sistema de vigilancia que está pendiente de cualquier cambio o anomalía en el estado de las aguas. Tampoco cuenta con los típicos chiringuitos de playa, aunque la zona de Alfás está repleta de buenos restaurantes de los que poder disfrutar de un buen pescado o de una paella alicantina, quizá el plato más típico y demandado de la zona.
A muy pocos metros pueden disfrutar de todos los restaurantes que hay en la zona del Albir que al ser turística dispone de muchos restaurantes de cocina internacional. Y si lo que quieren es disfrutar de la naturaleza al principio del camino para acceder a esta cala hay disponible una zona de merendero con 4 mesas y fuente donde poder comer.
Dentro de la zona, la Cala del Amerador o la Cala Casa del Médico son otras de las calas de roca que se pueden visitar, pero sin duda esta es la más turística y transitada de la zona, ya que cuenta con un espacio más amplio en el que poder disfrutar de un día de verano.
Material: roca
Oleaje: moderado
Anchura: 5 m
Acceso: a pie
Extensión de la playa: 50 m.